Aquí os dejo un artículo que escribí para el blog de Inmertec
A raíz de la campaña transfoba de Hazte Oir, la transexualidad está dando mucho de qué hablar. En este artículo vamos a profundizar en este tema y a mostraros un pequeño glosario de terminología relacionada con el mismo.
La transexualidad se define como la situación que se produce cuando no existe concordancia entre el sexo que se te asigna al nacer, y la identidad sexual que sientes.
Es importante destacar que la cirugía genital no es considerada un requisito para reconocer a una persona como transexual.
Para comprender en profundidad esta definición, es importante estar familiarizado con los siguientes conceptos:
Hasta hace poco la transexualidad ha estado considerada como un trastorno psicológico y psiquiátrico, como una patología. El término se introdujo por primera vez en el DSM-III (Diagnostic and Statistical Manual of Mental Disorders – Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales de la Asociación Americana de Psiquiatría) en 1980, y fue eliminado en el DSM-V, en el año 2013.
Sin embargo, en otros manuales como el CIE-10 (Clasificación Internacional de Enfermedades), se sigue considerando un trastorno, concretamente “trastorno de la identidad sexual”. Por este motivo, muchos transexuales y activistas no paran de moverse para que sea eliminado de este manual.
¿Qué pasos tiene que dar una persona transexual para poder realizar la reasignación de sexo?
Hasta hace poco, el proceso de reasignación era largo y complejo, pues implicaba: evaluación y tratamiento psicológico, psiquiátrico, tratamiento médico hormonal y cirugía plástica.
Una parte del proceso, se conoce como “El test de la vida real“. Esta prueba consiste en que la persona comience a actuar asumiendo el sexo que siente como suyo. La duración de la prueba se extiende a dos años, e implica vestirse como el sexo que se quiere tener, cambiarse el nombre, y comportarse y actuar de esta manera en sociedad, siguiendo unos estereotipos concretos y preconcebidos sobre lo que se considera masculino o femenino, y de una forma nada progresiva. Solo si esta prueba resulta positiva, se da el paso de plantear una cirugía de reasignación.
Si bien resulta importante actuar en función al sexo sentido y deseado, no resulta sencillo de llevar a la práctica. Esto no solo es una experiencia difícil para la persona que desea la reasignación, sino también para toda la familia y allegados.
La mayoría del colectivo trans, activistas y asociaciones, se muestran en total desacuerdo con esta “prueba”, pues dificulta la integración de la persona transexual en su entorno, y en muchos casos, especialmente en adolescentes, son los padres los primeros que no aceptan esta medida, negándose a tratar a su hijo/a conforma a la identidad sentida por él/ella. Por todos estos motivos, esta práctica actualmente se considera obsoleta.
En Febrero de 2017, se publicó un nuevo protocolo por Consejería de Sanidad en Andalucía para atender casos de transexualidad. En este nuevo protocolo, en primer lugar tiene lugar una consulta con el médico de atención primaria o pediatra, donde se ofrece información sobre las opciones de tratamiento. Más tarde se deriva al endocrino que, tras una serie de pruebas, diagnostica los fármacos hormonales, y realiza un seguimiento del caso. Este protocolo facilita considerablemente los pasos que tiene que dar una persona transexual para lograr la reasignación de sexo.
Por último, no podemos dejar de hablar de la prevalencia de las personas transexuales en España. En los estudios las cifras son dispares, pero coinciden en el dato de que hay una persona transexual por cada 1.000 aproximadamente. Aportando datos más concretos, hasta junio de 2014 el Instituto Nacional de Estadística nos dice que en Andalucía, con cifras de 1:1.000, había un total de 858 niños/as transexuales con edades entre los 3 y 12 años y un total de 613 con edades entre los 13/18.
Sin duda, datos como este nos demuestran que hay más niñas con pene y niños con vulva de los que muchos quieren creer.