Si hacemos una búsqueda rápida en google con los términos sexo, pareja y rutina, enseguida nos salen multitud de resultados, en los que podemos ver titulares totalmente negativos, alarmistas y patologizantes, como “Sexo y rutina, el gran enemigo de la pareja”, o “Cómo ganar la batalla a la rutina”…¿Es realmente la rutina algo tan malo?
Desde mi punto de vista, la respuesta es un rotundo no. En parejas de larga duración, la rutina es totalmente normal, y no es indicio de que haya nada mal, simplemente de que dos (o más) personas que se conocen bastante a nivel sexual, han entrado en ciertos hábitos y/o costumbres, lo que provoca que las relaciones sexuales puedan resultar rutinarias, como la propia palabra indica. El riesgo es que esto puede desembocar en lo monótono, y de ahí a lo aburrido, y entonces, sí que tenemos un “problema”, y es que si el sexo nos aburre, ¿para qué vamos a practicarlo, pudiendo hacer otras cosas?
Si bien es cierto que la sexualidad está para disfrutarla, conocerse, explorar…el hecho de que mantengamos relaciones con una persona que conoce perfectamente nuestro cuerpo, nuestras zonas erógenas y cómo estimularnos para darnos placer, no puede ser algo malo. El ser humano es un ser de costumbres, con una alta capacidad para adaptarse a todo. Esto hace que enseguida aprendamos pautas de comportamiento a la hora de relacionarnos, y el sexo no es más que una forma más de entablar relaciones con otro ser humano, a nivel físico, emocional, y en ocasiones, afectivo.
La clave puede ir encaminada por el hecho de que la rutina es buena para la pareja, si se tiene la capacidad de romperla cuando lo necesitemos. A veces, repetimos una y otra vez una misma actividad en un momento concreto de la semana, como puede ser ver una película en el sofá un domingo, y no por ello consideramos que sea menos válido. Es un momento de relax, un momento para dedicarnos a nosotrxs mismxs, de desconexión…la tranquilidad radica en saber que siempre que queramos, podemos romper esa costumbre, y en lugar de quedarnos en el sofá, salir a tomar un café, pasear por la playa, o ir al cine, entre otras muchas opciones.
Algo parecido pasa con las relaciones sexuales. Si sabemos exactamente cómo dar placer a nuestra pareja, y tenemos claro cómo nos gusta que nos lo proporcionen a nosotrxs, pero comenzamos a tener la sensación de que lo que hacemos es lo mismo una y otra vez, tenemos que tener la suficiente flexibilidad cognitiva y apertura mental como para podernos salir del círculo, y pensar fuera de la caja.
Muchas parejas saben que están algo aburridas de que sus relaciones sean siempre iguales, pero no se les ocurre cómo introducir cambios en ellas, tal vez porque piensan que salir de esa monotonía supone hacer cosas con las que no están de acuerdo, como implicar a terceras personas en las relaciones, ir a clubs de swingers, tener sexo en lugares públicos…pero eso no son más que ideas preconcebidas, pues no dejan de ser opciones, dentro de un gran abanico de posibilidades. Sin ir más lejos, aquí van 4 ideas que no implican abrir la relación:
Y es que, en muchas ocasiones, no valoramos la rutina hasta que la perdemos. Y el saber que tenemos esa opción de alternar e innovar, aporta mucho alivio y resta mucho estrés a nuestras relaciones personales, porque la rutina no es mala de por sí, pero que percibamos nuestras relaciones como aburridas, sí lo es.
¿Realmente tenemos que sentirnos mal por querer mantener relaciones en la cama la mayor parte del tiempo? ¿O haciendo en la mayoría de las ocasiones las dos posturas que más me gustan? No, no y no. Eso se llama autoconocimiento erótico, y en ningún momento podemos tacharlo de ser algo negativo. El problema estaría en que no fuésemos capaces de escuchar las sugerencias de nuestra pareja, o de salirnos de nuestra zona de confort si en un momento dado nos apetece.
Así que, ¿estás preparadx para poner a prueba tu flexibilidad cognitiva y tu apertura mental en la cama? ¿O será en otro sitio?