La sexualidad en la tercera edad existe

Aquí os dejo un extracto de un artículo que escribí para la revista Malicieux Magazine 🙂 para verlo completo Click aquí 

Existe la creencia generalizada de que a más edad, menor número de relaciones sexuales. Pero si algo está claro, es que el sexo no tiene edad.

Desde siempre, la sociedad ha penalizado mucho la visualización y la consideración de la sexualidad en la tercera edad. Esto ha provocado que numerosas generaciones hayamos crecido con el concepto en la cabeza de que la sexualidad se agota, y simplemente, llega un momento en el que desaparece. Pero no hace falta ser un genio para darse cuenta de que ni en los medios de comunicación ni en la mayoría de películas comerciales (que son las que con mayor frecuencia emiten en la televisión) ni en las conversaciones habituales de la gente, puedes visibilizar de alguna forma que el sexo en edades avanzadas siga existiendo.

Es curioso, pero resulta que ocurre justo lo opuesto a lo que se produce cuando hablas de un adolescente, donde sí se admite que piense en sexo y en mil maneras de llevarlo a cabo. Parece que cuando hablamos de la vejez o de edades próximas a la misma no logramos desprendernos de la idea preconcebida de que la sexualidad se va desgastando hasta simplemente desaparecer de la vida de estas personas.

La sociedad ha penalizado mucho la visualización y la consideración de la sexualidad en la tercera edadPor otra parte contamos con una importante diferenciación, por un lado las parejas que se encuentran en la “edad de oro”, y por otro las personas solteras o viudas que tienen más de 60 años, con las que el prejuicio es aún mayor, ya que a muchas personas les resulta extrañísimo asociar esta imagen a la de una sexualidad activa, plena e independiente de tu estado civil.

Uno de los argumentos más sonados que podemos escuchar cuando sale este tema a relucir, es el del deseo sexual. Si bien es cierto que con la menopausia éste se ve afectado junto a una serie de cambios provocados por el descenso del nivel hormonal, eso no quiere decir que desaparezca, sino que lo vivimos de una forma diferente, al igual que ocurre en cada fase del ciclo vital por la que vamos pasando.

La sexualidad no se mantiene estable, sino que fluctúa en función de nuestra edad y nuestras circunstancias, entre muchos otros factores. Por lo tanto, no podemos afirmar de ningún modo que la menopausia suponga un inconveniente para seguir viviendo y disfrutando de nuestra sexualidad. Sin embargo, sí que debemos considerar que va a suponer un cambio al que debemos estar preparadas para podernos adaptar de la mejor manera posible.

Si bien es cierto que con la edad se producen una serie de cambios fisiológicos (y psicológicos) que pueden dificultar en cierta manera la sexualidad, esto no quiere decir bajo ningún concepto que suponga el fin de la misma, sino una nueva oportunidad para reconducirla y vivirla de otra forma.

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