Dejemos de romantizar el mínimo

Hay unos mínimos que podrán ser distintos para cada persona en función de cada relación, pero en términos generales los “mínimos” suelen tener que ver con la responsabilidad, la presencia, el cuidado, la atención, el afecto…aspectos bastante básicos para la salud de cualquier vínculo, por eso los consideramos mínimos indispensables, están ahí para que podamos a sentirnos a gustito y a salvo.

El problema es que, cuando nos hemos visto expuestas a experiencias negativas, en las que estos mínimos no han estado presentes, es muy fácil que caigamos en romantizarlos cuando sí lo estén. Amigues, esto es lo NORMAL. Me parece muy guay que seamos reforzantes y validantes y se lo expresemos a la otra persona, pero una cosa es eso, y otra muy diferente que caigamos en la idealización o la romantización de lo que debe ser la base de cualquier relación.

Te mereces más que el bare minimum, de verdad que sí. Y si estás conociendo a alguien, te mereces que te escriban, que no te hagan ghosting (oh gracias), que te digan de quedar, que recuerden cosas que habéis hablado (me encanta cuando nos sorprendemos por esto), que te expresen lo bien que se lo han pasado contigo, que no oculten el interés por conocerte a ti y tus gustos, que te pregunten qué tal estás, que haya comunicación.

Te mereces un lugar de importancia. No podemos construir desde más abajo.

Y ya está