Aquí os dejo un artículo que escribí para el blog de Inmertec
Como decía Tyler Durden, el personaje que encarnaba Brad Pitt en la película El club de la lucha, “No somos nuestro trabajo. No somos nuestra cuenta corriente. No somos el coche que tenemos. No somos el contenido de nuestra cartera. No somos nuestros pantalones.”
Sin embargo, día a día, luchamos para lograr superar nuestra rutina con éxito, para poder sacar adelante el trabajo que tenemos pendiente, para poder mantener nuestra cuenta corriente sin que llegue a alcanzar el temido color rojo, para poder llegar a fin de mes sin que se nos quede la cartera vacía.
Esto provoca grandes niveles de estrés y de ansiedad para los que nadie nace preparado, ni con un manual de instrucciones. Hay que saber lidiar con estas exigencias del día a día –algunas de ellas impuestas externamente, otras, autoimpuestas- para que no nos acabe consumiendo la ansiedad.
Y algunos preguntaréis, ¿qué es la ansiedad?
La ansiedad no es más que una alarma que tenemos instalada en nuestro cerebro para avisarnos de situaciones amenazantes. La ansiedad no es mala. Es un mecanismo que nos permite anticiparnos, reaccionar ante las amenazas y las situaciones de peligro.
Entonces, ¿por qué en mi día a día, siento ansiedad, si no me encuentro expuesto a ningún peligro como tal?
Cuando nos enfrentamos a alguna situación que consideramos “temida” o desbordante, que nos da miedo o nos hace sentir ante una posible amenaza, se nos disparan los síntomas de la ansiedad. Todo nuestro cuerpo se pone alerta y siente que debe huir o defenderse de alguna manera, por ello en ciertas ocasiones nos cuesta respirar, hiperventilamos, nos duele un poco el pecho, o nos dan taquicardias.
Nuestra mente tiene la idea de que la situación a la que nos estamos enfrentando es peligrosa, y por ello nos envía señales avisándonos de esto mismo. No podemos evitar sentir ansiedad a veces, y de hecho, su función es positiva y saludable, pero sí que debemos aprender a convivir con ella de manera que no nos salte la alarma en situaciones en las que no estamos corriendo ningún peligro.
Por ello, os dejo a continuación 5 claves para contribuir a esta finalidad:
Podríamos añadir muchas claves más, pero sería relleno.
Los auténticos pilares, consideramos que son esos tres anteriormente expuestos. Si lográsemos interiorizarlos y comenzar a vivir basando nuestros valores y nuestros principios en ellos, te aseguramos que posiblemente no te daría la felicidad, pero sí que te ayudaría a llevar una vida con menos presión en el pecho.
¿Te animas a intentarlo?